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El Fons Mallorquí de Solidaritat destinará este año 230 millones al tercer mundo

La entidad, que trabaja sobre todo en América Central, destinó el año pasado 251 millones

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El Fons Mallorquí de Solidaritat i Cooperació (FMS) destinará este año un total de 230 millones de pesetas, de un presupuesto de 315 millones, a la ejecución de 55 proyectos de cooperación en países del tercer mundo ya aprobados. La presidenta del FMS, Catalina Bover, recordó que esta entidad financió el año pasado otros 55 proyectos, por un valor de 251 millones, aportados por diversas administraciones e instituciones locales y por el Estado.

Las líneas de actuación del Fons pasan, además, por el seguimiento de estos proyectos sobre el terreno y los hermanamientos con zonas oprimidas, en especial con los saharauis refugiados en territorio argelino y con la población de Nueva Segovia (Nicaragua). Asimismo, el pasado año el FMS firmó una serie de convenios de colaboración con Sa Nostra, que aportó el 0'7% del presupuesto de la Obra Social y Cultural; con la UIB, mediante la organización de cursos en América Central, México y Caribe; con la Conselleria d'Educació, desde la que se propulsó un nuevo programa de educación para el desarrollo, y con el Fons Valencià de Cooperació.

Mientras, el vicepresidente del Fons, Miquel Àngel Llauger, repasó las actividades previstas para el año en curso, y destacó que de los 55 proyectos previstos, 28 se desarrollarán en América Central, 30 si se suman los dos destinados a Cuba; otros 14 en América del Sur; 10 en Àfrica (en la zona del Sahara y de los Grandes Lagos), y uno en la India. Por sectores, los trabajos de cooperación se refieren a aspectos muy variados, como el sanitario, educativo, productivo o agrícola.

No obstante, Llauger aclaró que «para este año queremos poner el énfasis en el municipalismo, en proyectos que contribuyan a reforzar el tejido social y a consolidar la democracia en estas zonas del planeta». Junto a este objetivo, se ha comenzado a dar prioridad a los trabajos dirigidos a la mejora de la situación de las mujeres en el mundo y a la reconstrucción de zonas destruidas o afectadas por conflictos bélicos, especialmente en América Central, «donde además se vive en estos momentos una situación de catástrofe por una sequía criminal que intentamos paliar mediante proyectos específicos», añadió.

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