Un, dos, tres... y todo el mundo sale disparado. Tal y como los años ya han convertido en tradición, con motivo de la festividad de la Mare de Déu d'Agost ayer se celebraron en Sineu las Curses des Cos. El camp d'en Peineta se llenó ayer de niños, jóvenes, adultos y mayores que acudieron, puntuales, a las 12 del mediodía, a su cita anual con las canyes i joies. Estas carreras reúnen a todas aquellas personas dispuestas a correr, sudar y cansarse un poco a cambio de conseguir hacerse con la canya de la joia, de la que cuelga un regalo.
Una gran diversidad de obsequios colgó de las cañas. Juguetes, zapatos, un conejo, o un gallo, repartidos en función de la categoría de las carreras, fueron algunos de los regalos con los que se premió a los más veloces. Lo más peculiar de estas carreras es la singularidad de las categorías. Así, se convocaron competiciones entre jovenzuelos, casados, tercera edad o gente de más de 110 kilogramos de peso.
Precisamente, en esta última tipología de carrera, compitió, el año pasado, el ex alcalde de la localidad, Josep Oliver, poniendo una nota de simpatía a la fiesta. No obstante, este año, no participaron en las curses ni él ni el alcalde actual, Andreu Matas.