Las Islas Balears pierden ocho millones de toneladas anuales de suelo como efecto de la erosión. La tasa media de pérdida de suelo provocada por la erosión en la cuatro islas mayores se sitúa, aproximadamente, en 16 toneladas por hectárea y año. Este nivel de perdida de suelo es realmente preocupante si se tiene en cuenta que la tasa media de formación de suelo se calcula entre las 2 y las 12 toneladas por hectárea y año. Es decir, los efectos de la erosión no son compensados por las nueva formación de suelo.
La erosión constituye uno de los problemas ambientales más importante. Provoca la pérdida de fertilidad en los suelos agrícolas y forestales y el desplazamiento de materiales sólidos y su sedimentación en los lechos fluviales, embalses, estanques, zonas húmedas o directamente al mar. Asimismo, la erosión condiciona la productividad de la actividad agraria, acelera los procesos de degradación de la cubierta vegetal, disminuye la regulación natural de las aguas y favorece, entre otras, las inundaciones catastróficas en épocas de pluviometría intensa.
Las talas, los incendios y los pastoreos abusivos e incontrolados, entre otros factores, conducen inexorablemente a las últimas fases regresivas de la vegetación leñosa, La erosión más importante se produce sobre los bosques degradados con una cubierta vegetal deficiente y sobre zonas aradas en las laderas de la montaña, fundamentalmente aquellas destinadas al olivar y a la viña, es decir, a aquellas destinadas a cepos leñosos. Existen en las Islas mapas del estado de la erosión elaborados por la Administración, que presentan el balance global de una pérdida de ocho millones de toneladas anuales de suelo.
Existen también diferentes niveles de erosión según el volumen de pérdida de suelo por hectárea y año. Los niveles superiores, con pérdidas de suelo superiores a las 50 e, incluso, a las 100 toneladas, afectan aproximadamente al 13 por ciento del territorio del Archipiélago. Es en estas áreas donde se debe actuar con preferencia ya que la pérdida total en los dos niveles erosivos superiores supone el 66 por ciento de las toneladas erosionadas anualmente.