Ayer fue el primer domingo de agosto y se puede decir ya que estamos en plena temporada de verano. Y las playas de Mallorca así lo atestiguaban. Ni crisis turística, ni ecotasa, ni nada de nada. Mallorca vuelve a estar llena de gente. Y, si no se lo creen, basta que vayan a cualquiera de las muchas playas que hay en nuestra costa. El resultado: gente, gente y más gente. Ayer no cabía ni un alfiler. A media mañana las carreteras ya estaban saturadas de coches, todos con el mismo destino: la playa.
Los atascos en los mismos puntos de siempre sólo hicieron que retrasar su llegada, porque nadie desistió de su día de sol estival. A mediodía las playas ya estaban a rebosar. Una situación que se prolongó hasta bien caída la tarde. Pero vayamos por partes. Como casi siempre, donde más gente se congregó fue en la bahía de Palma. La Platja de Palma era un hervidero. Los turistas se mezclaban con los autóctonos y encontrar aparcamientos por aquellas calles era toda una odisea. El resto de las playas de la bahía "Cala Estància, Ciudad Jardín, una de las zonas más sucias y degradadas de Mallorca, Can Pere Antoni, Cala Major, ses Illetes, Palmanova..." vivían una situación similar. Fuera de Palma el cuadro era idéntico.
En es Trenc, una de las destinaciones más clásicas del verano, los diversos aparcamientos que hay en la zona ya auguraban un lleno total. Previo pago, eso sí, encontrar un hueco era poco menos que imposible. Cuando se conseguía, lo difícil era encontrar una hamaca libre. Es Trenc ha pasado en pocos años de ser un símbolo de la defensa del territorio a una de las playas más masificadas de nuestra Isla.
Pero no sólo la llegada era masiva por tierra. También por mar fue una playa muy visitada ayer. Decenas de embarcaciones se encontraban amarradas frente a la costa, algunas demasiado cerca. Y las inevitables motos acuáticas no dejaban de molestar a los bañistas que intentaban pasar un día tranquilo de sol y playa. Otro punto de asistencia masiva fue la bahía de Alcúdia. Colas de varios quilómetros esperaban a los conductores en las rotondas de Inca, al final de la autopista, durante el mediodía. En pocas horas los quilómetros de arena estaban llenos.