Hace décadas que la Familia Real española elige Mallorca para veranear, por su clima, el entorno natural, su costa privilegiada y la hospitalidad de sus gentes. Aquí han pasado y pasan sus veranos los Reyes y también sus hijos y, ahora, sus nietos, en una continuidad que promete prolongarse a lo largo del tiempo. Es una tradición que honra a Mallorca y a los mallorquines.
En 1993, con motivo del centenario de este diario, el Rey recibió el Siurell de Plata con que Ultima Hora homenajea a aquellas personas que han destacado por su trayectoria humana, profesional y social, y a la vez ha hecho gala de su mallorquinidad y de su estimación por nuestra tierra. Hoy será la Reina quien reciba nuestro galardón por su decidido apoyo a la cultura y a las causas humanitarias; y también como reconocimiento por su cariño hacia Mallorca y los mallorquines.
Aunque siempre ha destacado como rasgo principal de su personalidad la discreción, a nadie se le escapa su pasión cuando se trata de defender y admirar la cultura, el arte, la música, y cuando lo que está en juego es la solidaridad, la dignidad y el sufrimiento humano. Su talante humanitario ha quedado de manifiesto una y otra vez, a lo largo y ancho del mundo. Numerosos son los viajes oficiales "y también privados" en los que doña Sofía ha querido mostrar su lado más humano, colocándose al lado de los más pobres y desprotegidos.
Son motivos que con todo merecimiento la hacen acreedora de nuestro premio, que reproduce en plata la figura de los tradicionales siurells de fang que la Reina conoce perfectamente, no sólo por su vinculación con Mallorca sino también por su primer contacto con figurillas semejantes halladas en Creta cuando participó en excavaciones arqueológicas en aquella isla griega. Este siurell, tan mediterráneo, tan próximo a la Reina y a todos nosotros, la reconoce a partir de hoy como una «mallorquina» más y, a la vez, como la más ilustre de todas ellas.