La organización ecologista Greenpeace presentó ayer un informe sobre la situación del litoral de la Comunitat en el que denuncia la situación de insostenibilidad de la costa como consecuencia de la sistemática ocupación del terreno. El informe de Greenpeace se refiere a la totalidad de la costa española, si bien también se centra de forma específica en el litoral balear. Según la información de que dispone la organización ecologista, Balears tiene 38 emisarios submarinos y, en estos momentos, se mantiene el riesgo de construcción de tres puertos deportivos en la costa.
El estudio de Greenpeace analiza la situación de cada una de las Islas y destaca que Mallorca es el ejemplo de «urbanización salvaje del litoral». A pesar de la moratoria, existen todavía 11 grandes proyectos de urbanización en diversos municipios de la Isla. También critican a Jaume Matas por su proyecto de construir un paseo marítimo de cinco kilómetros de largo en la Colònia de Sant Jordi. Además de los 23 emisarios submarinos de la Isla, se han detectado hasta seis puntos de vertido diferente en sus costas.
En Menorca la organización ecologista denuncia la existencia de seis emisarios submarinos y afirma que los lodos producidos por el dragado del Port de Maó son altamente contaminantes. Greenpeace considera «nefasto» que se intente ampliar el aeropuerto de la Isla y también cree que sería muy perjudicial construir un vial de 20 kilómetros sobre el litoral virgen del Camí de Cavalls, como defiende el ministro de Medio Ambiente.
Por lo que respecta a Eivissa y Formentera, Greenpeace denuncia la existencia de emisarios submarinos y se muestra en contra de la ampliación del Port d'Eivissa. En Formentera, a los tres emisarios submarinos que existen se suma hasta nueve vertidos ilegales. La organización ecologista considera además que el plan de conservación y preservación del medio litoral que se realizó en la isla es una evidencia de la inutilidad de regenerar las playas por aporte artificial de arena.
En Formentera esta preservación de litoral se llevó a cabo mediante lo que se conoce como medidas blandas, que consisten en la plantación de especies dunares y en la instalación de vallas de cañizo sobre las dunas para preservar la arena de las zonas del litoral.