Tras 22 años de ausencia en Palma, la majestuosa estampa del buque escuela de la Armada Juan Sebastián de Elcano vuelve a reflejarse en la bahía hasta mañana martes ante una gran expectación popular. Con la particularidad de que ayer viajaba a bordo la reina doña Sofía, procedente de Alicante, donde embarcó para convertirse en la primera monarca española que pisa sus recias cubiertas de teca. Durante su estancia a bordo ha compartido con su dotación la experiencia de navegar en el más antiguo y emblemático de los buques españoles.
Al mediodía, las 20 velas del Juan Sebastián de Elcanoya eran visibles en el horizonte y poco después fue rodeado por una flotilla de embarcaciones de recreo. A las 17.00 horas el gran bergantín goleta con 73 años de vida marítima ya había doblado la bocana del puerto para atracar en el Moll de Ponent, donde fue recibido por S.M. el rey don Juan Carlos y el ministro de Defensa, Federico Trillo, que coincidió con su homólogo anterior en el cargo, Eduardo Serra, junto a las autoridades civiles y militares, encabezadas por la delegada del Gobierno, Catalina Cirer, y comandante general de Balears, Tomás Formentín.
La visita del Rey a bordo fue celebrada con los honores de ordenanza, por medio de 21 salvas a cargo de las piezas de a bordo y siete vivas a España, coreados por la tripulación. Tras franquear la escala real del buque, el Monarca saludó a la Reina con un beso en la mejilla y por la noche ambos celebraron su estancia con una cena a bordo, acompañados por el comandante del buque, capitán de navío Jaime Rodríguez-Toubes Núñez. Quien, según indicó, entre los 210 tripulantes, que ascienden a 255 con los guardiamarinas, se cuentan sus primeras 12 mujeres, las cuales destacan por su notable labor profesional sin tacha y notable implicación personal.