La concentración de camiones en los accesos al Muelle de Poniente para embarcar en los ferrys con destino a Valencia y Barcelona colapsaron en la mañana de ayer por espacio de unas dos horas el Passeig Marítim, lo que motivó airosas protestas entre transportistas, usuarios de los buques y viajeros con coche, ante el temor de no embarcar a tiempo. Según señalaron varios transportistas, las colas se produjeron por el escaso espacio con que cuentan los camiones para maniobrar y acceder a los buques. Un problema que se une a la negativa de las autoridades del puerto a que los camiones se concentren en la entrada del mismo antes de las diez horas.
Los transportistas señalaron que las autoridades deben solucionar el problema ampliando el espacio dedicado a los camiones o bien ampliando la hora de acceso al muelle. Varios transportistas denunciaron además a este periódico la pasividad de la Autoritat Portuària ante una situación que «puede volver a suceder en cualquier momento y que no es la primera vez que pasa». Ante la imposibilidad de embarcar todos los vehículos a la hora prevista de salida, Trasmediterránea decidió retrasar, en media hora, la salida del «Sorolla» y del «Fortuny», con destino a Valencia y Barcelona.
Así el Sorolla, que debía salir a las 12.00, partió rumbo a la capital del Turia a las 12'30 horas, mientras que el Fortuny, con hora prevista de salida a las 11'30, partió con destino a Barcelona a las 12'00 horas, según informó un portavoz de la compañía. Según informaron varios trabajadores del puerto, esta situación se ha vivido ya con anterioridad y es «casi seguro que se vuelva a producir en los meses de verano».