El president del Govern, Francesc Antich, se implicó ayer de lleno en el conflicto del transporte terrestre al reunir a todas las partes y perfilar un preacuerdo, el mismo que fue rechazado el pasado sábado por la asamblea de trabajadores, que deberá ser aprobado hoy. Por el Consolat de la Mar pasaron la delegada de Gobierno, Catalina Cirer; los representantes sindicales de CC OO y UGT, José Benedicto y Lorenzo Bravo; el presidente de la Federación de Transportistas, Jaume Batle; los representantes de Aviba y los directivos del Fomento del Turismo de Mallorca.
Cirer aseguró a los periodistas que los sucesos originados por la huelga de transportistas en Balears «tienen un responsable muy claro», que a su juicio, es el Govern presidido por Antich. Cirer explicó que el Govern «tiene transferidas las competencias en materia laboral, de transportes y de turismo».
«Por lo tanto "dijo" le correspondía al Govern la regulación de los servicios mínimos». Antich, por otra parte, se comprometió ante CC OO y UGT a ordenar el sector del transporte discrecional de viajeros por carretera con el fin de que los trabajadores acepten el acuerdo alcanzado por la patronal y el comité de huelga.
Benedicto y Bravo explicaron que, en su opinión, los trabajadores aceptarán el convenio de tres años acordado por el comité de huelga y la patronal y rechazado después en asamblea siempre que se mejoren sus condiciones laborales. Asimismo, el presidente de la patronal del Transporte Discrecional por Carretera, Jaume Batle, aseguró que su organización mantiene la oferta de un convenio laboral para tres años, con incremento salarial medio del 18%, y expresó su confianza en que los trabajadores lo acepten.