Más de cuarenta personas esperaban apelotonadas ayer por la mañana en el área de Urgencias a que una cama de planta quedara libre para poder ocuparla. Pero no sólo urgencias está saturada, en las plantas de hospitalización los pacientes se amontonan en las habitaciones. La ocupación alcanza el 110% y, como reconoce el propio director territorial del Insalud, Javier Rodrigo de Santos, «ya no tenemos ni camillas» para atender a los enfermos.
Tal y como pudo comprobar ayer Ultima Hora es generalizado que habitaciones que en su día nacieron para albergar dos camas, que posteriormente se prepararon para tres enfermos, hoy estén saturadas con cuatro camas. Cuatro camas con sus respectivos palos para los goteros, mesas para comer, butacas para los familiares y las propias visitas que hacen que ya no sólo la circulación en la habitación sea una odisea sino que esa tranquilidad que sería buena para el enfermo no se dé. Y, la falta de intimidad, tanto en el área de urgencias como en la propia habitación es inexistente como así denuncian familiares y los propios profesionales que están desbordados de trabajo.
La indignación de los familiares ha llegado a situaciones extremas. El miércoles, en una de estas habitaciones en las que se han dispuesto cuatro camas, los familiares cansados ya de reclamar en el hospital que por cuestiones de habitabilidad se retirara la cuarta cama que había quedado vacía, decidieron sacarla al balcón por unos instantes en señal de protesta para que no volviera a ser ocupada. Ayer, se retiró de la habitación. Profesionales y familiares hacen frente común para denunciar esta situación. Cuatro enfermeras se ocupan de más de 40 pacientes. Las consecuencias son que hay enfermos que no desayunan hasta pasadas las diez, que no se les limpia hasta las once...
Y, mientras en Son Dureta hay habitaciones con cuatro camas, en los hospitales del Govern (General y Joan March) hay cerradas al menos medio centenar para proceder a trabajos de acondicionamiento y pintura y como expone UGT «no sabemos si se volverán a abrir». A ellas hay que sumar las que se han ido cerrando de forma definitiva en el último año dentro del plan de modernización y mejora de la calidad de los hospitales.
Rodrigo de Santos denuncia la insolidaridad del Govern «que se permite cerrar camas mientras nosotros estamos saturados», «nos rechazan pacientes», «hacen menos actividad» e «incumplen el contrato programa». Desde Sanitat se dice que cumplen y que nadie del Insalud les ha pedido hacer más actividad. «Lo que no vamos a hacer es coger más enfermos porque luego el Insalud nos penaliza económicamente. Cumplimos con nuestro sector de población», exponen.
La «guerra de las camas» entre Insalud y Sanitat, y que ya se vivió antes de la temporada de gripe de este año (que al final pasó desapercibida), se reproduce ahora.