La compañía Trasmediterránea inauguró de forma oficial ayer en Palma los dos nuevos superferrys Sorolla y Fortuny, que ya cubren los servicios de pasaje y carga entre Mallorca y los puertos de Barcelona y Valencia. Su presentación en sociedad fue celebrada con un minicrucero de cuatro horas de duración a bordo del Sorolla con rumbo al litoral de Cabrera, amenizado por una banda de jazz y comida gratis.
La entrada en servicio de estos buques, indicó el presidente de la compañía, Miguel Àngel Fernández Villamandos, supone «la oferta más eficaz y eficiente en el mercado», en un producto que combina las necesidades del transporte rápido de carga con la diversión y la comodidad de un crucero turístico. Así, los horarios, se han ajustado, permitiendo una operatividad continua para los transportistas, que pueden combinar el embarque y desembarque con la recepción y distribución de la mercancía, sin el inconveniente de la insularidad.
Por su parte, las tarifas para el pasaje oscilan entre las 4.000 y las 9.000 pesetas, según se elija butaca o camarote, para buques de superior calidad, aseguró Villamandos. El máximo responsable de la naviera también destacó que los inconvenientes que plantea en la actualidad el atraque de estos buques en los muelles de Poniente, derivados de la saturación del tráfico marítimo, se verán resueltos con el próximo traslado de las operaciones de los Muelles Comerciales.
Respecto a los problemas derivados de las fechas punta en operaciones salida y retorno en julio y agosto, recordó que afecta a todo tipo de transporte y que no se puede dimensionar un buque para unos fechas, por lo que, «el que viaje tendrá que hacer reserva anticipada», dijo. La entrada en servicio de ambas unidades cierra una inversión en el sector de Balears presupuestada en 35.000 millones de pesetas, de los que 26.400 corresponden a la construcción de los superferrys, cantidad que se verá amortizada en función de una facturación que asciende a 50.000 millones de pesetas con unos beneficios de 2.500 millones de pesetas.