Ante el encierro de varias decenas de inmigrantes en la parroquia de La Encarnación desde hace casi una semana, la Delegación de Acción Social del Obispado de Mallorca ha instado a quienes gobiernan a que «ofrezcan soluciones realistas para la efectiva integración de las personas que se encuentran en situación irregular». En una nota remitida por el delegado diocesano de Acción Social, Josep Noguera, se pide a quienes tienen responsabilidades de gobierno «buscar, a través del diálogo, una solución humanista para sacar de la clandestinidad y de la marginalidad a quienes han venido a nuestra casa buscando poder vivir de una manera digna».
El que estas personas hayan tomado la decisión de encerrarse en una iglesia pone de manifiesto, apuntó Noguera, «las difíciles condiciones que viven y padecen los inmigrantes en situación irregular». Ante este hecho, añadió: «La Iglesia ha manifestado una actitud de acogida física y de preocupación por las dificultades que encuentran estas personas para poder regularizar su situación». Los inmigrantes, de numerosas nacionalidades, decidieron encerrarse el pasado viernes 25 de mayo y, en un principio, fueron acogidos en la parroquia de Santa Catalina Thomàs, en la Plaça Santa Pagesa, donde pasaron el fin de semana. El pasado lunes un grupo más reducido se trasladó a la iglesia de La Encarnación, donde siguen y de donde no tienen intención de salir hasta que no reciban una respuesta por parte de la delegada del Gobierno.
Los inmigrantes cuentan con el respaldo del Govern balear y, de hecho, el presidente Antich se comprometió esta semana a interceder ante Catalina Cirer, a la que remitió un escrito ofreciendo su colaboración para buscar una salida. Pero las posibilidades de regularización en Balears están, hoy por hoy, limitadas al millar de expedientes de inmigrantes que no fueron regularizados el año pasado en nuestra Comunitat y que en estos momentos están siendo revisados por el Gobierno.