La Organización Mundial de la Salud incluye a los fumadores en la categoría de enfermos y al tabaco, en la de drogas. En el humo del tabaco se han descubierto más de 4.500 componentes tóxicos, medio centenar de ellos cancerígenos. En Balears, el 46'9% de la población adolescente es fumadora y el 31'7% empieza a fumar entre los 10 y los 14 años. Del total de la población balear, el 33% fuma diariamente. En el mundo mueren cada día 1.500 personas por el tabaco. El 30% de todas las muertes por cáncer son atribuibles al tabaco y el porcentaje sube hasta el 85% en el caso del cáncer de pulmón. Cada fumador pierde en tiempo de vida, por término medio, de 10 a 20 años y la exposición de un fumador pasivo al humo de tabaco durante una hora equivale a tres cigarrillos.
Estas son sólo algunas de las cifras que se recuerdan cada 31 de mayo, en que la OMS celebra el Día Mundial sin Tabaco. Tanto el CIM como el Hospital Universitario de Son Dureta se han sumado a la celebración, para la cual éste último ha organizado charlas y una fiesta infantil orientada a la sensibilización de los consumidores de tabaco ante los fumadores pasivos. Más allá de celebraciones, el Hospital Son Dureta y la UIB iniciaron en enero de 2000 un ambicioso estudio con el que se espera implementar un procedimiento estandarizado que permita ayudar a dejar de fumar y se ha comenzado a trabajar con enfermos de cáncer.
Javier Pérez Pareja, director del Departamento de Psicología de la UIB, y el doctor Manuel Tomás, jefe del Servicio de Otorrinolaringología de Son Dureta, son quienes dirigen y coordinan este programa de intervención. Según explicaron, las técnicas actuales van desde los procedimientos farmacológicos hasta los psicológicos más o menos sofisticados. «A partir de ellos, nos planteamos determinar en función de los tipos de pacientes qué procedimiento les podía venir mejor a cada uno de ellos». Así, se comenzó a desarrollar un protocolo y un procedimiento de evaluación e intervención, perfectamente estructurado en 5 ó 6 sesiones.
Hasta la fecha se ha tratado a unas 400 personas, 76 de ellas sometidas al tratamiento psicológico y el resto a sistemas farmacológicos o mixtos. En términos absolutos, la eficacia que se está alcanzando es del 75 por ciento. De esas 76 personas, 34 han finalizado el tratamiento, 26 con éxito absoluto, 4 siguen fumando 2 ó 3 cigarrillos al día y sólo cuatro han fracasado. «Paradójicamente, aunque existe una gran confianza en los fármacos, la eficacia del tratamiento psicológico está siendo más alta». Una vez validado, el sistema podrá ser aplicado en cualquier centro de salud, hospital o servicio de la comunidad.