El centro de control aéreo de Marsella, paso obligado de los aviones procedentes de Europa, restringió ayer las frecuencias de los trayectos con destino y salida en Son Sant Joan, provocando retrasos importantes a lo largo de una jornada marcada por un nuevo récord de pasajeros en el aeropuerto de Palma. Ayer, por primera vez en el mes de mayo, circularon 125.000 pasajeros en Son Sant Joan y la torre de control palmesana atendió a 855 aeronaves. Ese tránsito de personas y aviones correspondía, años atrás, al mes de agosto. Si se mantiene esa tendencia al alza, este verano se podrán superar los 130.000 pasajeros diarios, según el ejecutivo de turno.
El centro de control marsellés no explicó las razones que provocaron una disminución de los «slots» con salida y llegada en Palma, aunque la dirección de Son Sant Joan ya había advertido que se iban a registrar atrasos por las restricciones en Francia. Por ello, aviones alemanes y británicos adelantaron su llegada a la capital balear en el día de ayer con el objeto, precisamente, de eludir el «cuello de botella» generado en Marsella. Pero, esos esfuerzos resultaron útiles únicamente para el tráfico matutino. Al mediodía de ayer, los retrasos medios ascendían a media hora. Por la tarde mejoró la situación y los retrasos se cifraban en unos 18 minutos de media.
El sábado es el día de mayor actividad en el aeropuerto de Palma debido a que la mayoría de las compañías aéreas y británicas programan sus vuelos en esa franja horaria. Evitan, en lo posible, operar en los días laborales de la semana debido a una imposición de los touroperadores, sus clientes principales, que organizan con los hoteleros las salidas y llegadas de los pasajeros en fines de semana. Pese a que Son Sant Joan decidió rebajar las tasas aeroportuarias a las compañías que prescindan de volar los sábados y domingos, y lo hagan de lunes a viernes, la iniciativa no tuvo el éxito esperado.
El tráfico concentrado en sábado y domingo dificulta la operatividad del aeropuerto de Palma, sobre todo, cuando el centro de control de Marsella reduce las frecuencias de salida y llegada hacia Balears, como ocurrió ayer.