Semanas atrás abrió el Mega Park en la Platja de Palma. Así que pasen y disfruten del espectáculo. Háganlo en plan veraniego, y, eso sí, no olviden el bañador. Lo necesitarán. O mejor, para todas las nacionalidades. Aunque puede que predomine lo alemán, como en casi todo de aquella zona, todo el mundo es bien recibido. Allí se puede comer y cenar "este año, Rodizzio, no; pero sí cualquier plato de cocina internacional; salchicas, por ejemplo", se podrá beber, pero sobre todo se podrá disfrutar del espectáculo a lo largo de doce horas ininterrumpidas.
Sobre los pódiums dispersos a lo largo y ancho del solar, en el que descubrimos nueve barras y una cabina para la música, preciosas bailarinas no paran de bailar a lo largo de toda la jornada, animando a la gente a que lo haga, o si no, alegrándoles la vista. A diario, y siempre a mediodía, tienen lugar diversos shows en los que se trata de que participe el público. Anteayer, por ejemplo, abrió el fuego el show brasileño, con bailarines y bailarinas de aquel país.
Tres días a la semana, se habilitará una superficie de 144 metros cuadrados para el show de la espuma que emanará de dos potentes máquinas. En los días en que haya fórmula uno, esta se podrá seguir a través de dos impresionantes pantallas de TV mayores que las del Camp Nou, de increíble definición, tanto que pueden ser perfectamente visionadas a plena luz del día. Naturalmente, el circo de la fórmula uno tendrá el correspondiente precalentamiento, o sea, que se conectará una hora antes de que comiencen a rugir en serio los motores.
En las noches de la Champions, sobre todo en los partidos que ha jugado el Bayern, final incluida, el Mega se ha convertido en poco menos que en la prolongación de la grada del estadio, una grada de más de tres mil espectadores, la mayoría germanos, que tras el partido "los partidos mejor: los dos que jugó el Bayern contra el Madrid y la final que disputó, y ganó, contra el Valencia" prolongaron la fiesta, el jolgorio, durante una hora más. Por eso les digo, pasen y entren, y disfruten con el espectáculo, incluso si no participan de él. Pero déjense envolver por el ambiente.