Rafael Morales Castells falleció el pasado 15 de marzo a las cuatro de la madrugada a las puertas del PAC de s'Arenal, de un ataque cardíaco, mientras intentaba, en vano, que un médico le atendiera. Su hija interpuso una denuncia por negligencia en el Juzgado de Instrucción número 10.
«A pesar de insistir durante al menos 10 minutos golpeando la puerta, llamando al timbre y gritando, nadie acudió a tales llamadas», explica en su denuncia B.M., todavía conmocionada «psíquicamente», según explica, por la trágica muerte de su padre.
Rafael Morales murió a los 72 años tras superar siete infartos. Recibía tratamiento médico especial y, de hecho, aspiraba «ventolín» cuando llegó a las puertas del PAC de s'Arenal en busca de oxígeno y para solicitar ayuda acompañado por el propietario del hostal donde vivía, J.M.M. y su esposa. Nadie sabe lo que hubiese ocurrido si la puerta que permaneció cerrada a cal y canto se hubiese abierto. Pero, esa incertidumbre y la experiencia propia de haber acudido a ese mismo centro tiempo atrás con una amiga que padecía taquicardia y encontrar «durmiendo a los médicos a las cuatro de la tarde de un día laboral», dijo, le aconsejaron llevar el caso a los tribunales.