El director general de Sanitat de la Conselleria de Sanitat del Govern balear, Josep Pomar, ha confirmado que se ha detectado una variante de semilla de calabacín que produce trastornos gastrointestinales. Este hecho se ha dado a conocer a clínicas y hospitales, a través de una denominada 'hoja de alerta', a efectos de que se comuniquen los posibles nuevos casos que puedan aparecer. Pomar descartó, ante todo, que exista ningún motivo para la alarma, pues este tipo de semilla se presenta en una proporción mínima, en uno de cada 1.500 calabacines.
Además, aclaró que las diarreas que provoca su consumo son limitadas, sin fiebre asociada ni ningún otro efecto secundario. Su morfología es peculiar, pues se trata de un calabacín de forma redondeada, rugoso, de aspecto pegajoso al corte y de un sabor extremadamente amargo y picante. Por tanto, reconoció, «es difícil que este tipo llegue al mercado, por su aspecto poco atractivo, y tampoco es probable que se consuma sólo, dado su sabor, a menos que sea cocinado o como parte de alguna salsa, etc.».
Aunque desde el año 1999 tan sólo se han conocido 10 casos en Balears de personas afectadas por una diarrea causada por la ingesta de calabacín, desde la Conselleria se va a iniciar un estudio más exhaustivo para determinar el origen de esta semilla. «Por ahora se desconoce su origen, ni tampoco se sabe si se trata de una alteración o una variedad de semilla tratada recientemente o si ha existido siempre». Tan sólo se puede afirmar que no parece guardar ninguna relación con el método de cultivo ni con ningún insecticida y que se han detectado casos similares en otras comunidades.