M. FUSTER/J. RODRÍGUEZ
Los ganaderos de Campos se están planteando seriamente organizar
una segunda tractorada en contra del Govern balear, al entender que
el último caso registrado como vaca loca, «es una persecución
contra los ganaderos y pretenden que éstos desaparezcan», afirman
distintos propietarios de explotaciones bovinas. Rafel Barceló de
Can Matas, Francisco Manresa, de Son Garau, Sebastià Sagreras de
Can Peixet, Miquel Vanrell de Son Carbó y Baltasar Rigo de la SAC
Campanera Torremarina, consideran que «el Govern, al ofrecer estos
datos ha alarmado a la sociedad y a partir de ahora, nadie volverá
a comprar la carne de vaca para el consumo».
Todos coincidieron en decir que «las vacas que se mueren en la misma finca deberían ser incineradas sin mirar nada más, sobre todo las explotaciones de vaca frisona que se destinan principalmente a la producción de leche. Otra cosa es la carne de consumo que ésta si que debe pasar todos los controles de sanidad». En los mismos términos, aunque más moderados en el mensaje, se manifestaban ayer los representantes de las organizaciones agrícolas de la Isla al exigir al Govern balear la instalación de una incineradora para residuos animales en las Islas. De esta forma, dicen, se podría eliminar todos aquellos animales mayores de 30 meses que murieran en granja y que no fueran a entrar en la cadena alimenticia.
Joan Mas, coordinador de Unió de Pagesos, acusó a la Conselleria de Medi Ambient de no «mojarse» en este sentido y exigió que aceleren los trámites para montar los dos hornos previstos. Desde el departamento autonómico, por su parte, se aseguró que la ejecución de estos hornos corresponde al CIM desde la aprobación del plan director de residuos y que ellos ya han tramitado los permisos. Las organizaciones, asimismo y al igual que los ganaderos de Campos, consideran que no es necesario matar todas las vacas cuando se ha detectado un solo caso de la enfermedad en la explotación.