El célebre portaaviones nuclear USS «Enterprise», el primero de la historia, alistado el 25 de noviembre de 1961, llegó ayer por sorpresa a Palma. Su fondeo en la bahía, que se prolongará hasta el próximo lunes, se realizó por la mañana a unas millas de la costa. Por razones de seguridad, está prohibida la navegación a menos de 200 metros de su enorme mole de acero de 93.970 toneladas.
Durante la estancia del último buque de este tipo, el president del Govern Balear remitió una carta solicitando explicaciones al Gobierno. En la respuesta oficial se justificó la presencia de este tipo de buques en base a los acuerdos de colaboración en materia de Defensa entre los Estados Unidos y España. Por su parte, la organización ecologista Greenpeace realizó una movilización de protesta en torno al navío, mediante numerosas embarcaciones. La reciente avería del submarino británico «Tireless» en Gibraltar ha suscitado de nuevo los temores hacia la energía nuclear embarcada.
Sin embargo, desde principios de los años 60 y hasta la fecha, no ha trascendido ningún incidente de esta índole a bordo de un navío norteamericano. Propulsado por ocho reactores atómicos capaces de producir hasta 300.000 caballos de vapor para una velocidad de 33 nudos, su dotación equivale a la de una pequeña ciudad: 5.694 tripulantes entre el servicio naval y aéreo, lista para atender una flota de 90 aparatos. Entre ellos, los ya célebres F-14 Tomcat y F-18 Hornet, que han participado en las principales crisis militares de finales del siglo XX. Gracias a su reserva de carburante, su fuerza aérea puede realizar bombardeos durante doce días consecutivos, sin interrupción.