El matadero de Palma, gestionado por la empresa Carn Illa, comenzó ayer a sacrificar las vacas de más de 30 meses de Balears que se han acogido al programa de intervención por el cual el Ministerio de Agricultura y Pesca adquiere los animales para su posterior eliminación, según aseguraron fuentes de la Conselleria d'Agricultura.
Esta medida, a la que hasta el momento se han acogido 237 solicitudes correspondientes a 1.318 reses de las Islas, forma parte de las medidas excepcionales aprobadas por el gobierno central para paliar los efectos de la encefalopatía espongiforme bovina en la cabaña ganadera del Estado y cuenta con un plazo de presentación de solicitudes hasta el próximo 5 de junio.
En el archipiélago balear esta medida, que tiene como objetivo final la regeneración de la cabaña y, al mismo tiempo, garantizar unos ingresos al productor, se ha retrasado algunos meses ante la falta de instalaciones preparadas para incinerar los cuerpos de las reses. Este problema se solventó gracias al acuerdo de colaboración que pactaron la Conselleria y el Ministerio del ramo por el cual ambas administraciones se comprometían a financiar el 100 por 100 de los costes de transporte de los canales de las vacas hasta la Península para su incineración. Precisamente, el subsecretario del MAPA, Manuel Lamela, acudirá hoy a Palma a firmar este convenio.
Por otra parte, veterinarios de la Conselleria d'Agricultura ya han sacrificado las 58 vacas que se encontraban en la finca Santa Eulàlia de es Mercadal, Menorca, cuando se detectó el primer caso de «vacas locas» en Balears. Algunos ganaderos de Menorca se han mostrado en contra de este sacrificio masivo.