Yo, que sigo siendo foraster a pesar de vivir 47 años en Mallorca, me he dado cuenta de que, además de los forasters de toda la vida, nos encontramos ahora con los alemanes, que a diferencia de nosotros, bastantes llegan en plan colonizador.
Tenía claro que el Port d'Andratx, o Port Germany, como se le comienza a conocer, era su feudo. Pero es que, ¡jo!, Camp de Mar, donde me he pasado los últimos tres días por la movida del Dorint "por tanto he tenido tiempo más que suficiente para ver y escuchar (en alemán casi siempre)", Camp de Mar, digo, aparte de haber quedado bastante destruido en el aspecto paisajístico con tanta mole edificada, está claro que ahí quienes mandan son los alemanes. En un amplio perímetro no se habla ni catalan, ni español, sino alemán, sobre todo en ese hotelazo, el Dorint, que ha abierto por el evento de Planet Mallorca, y que por ese motivo se ha llenado de alemanes y algunas viejas glorias del fútbol español.
El domingo, en el hoyo uno un fotógrafo alemán me dio un pisotón, seguido de un empujón, de lo que ni se disculpó, sino que me miró como a una mierda. Luego me dijeron que tuviéramos paciencia con ellos, que son buena gente y que vienen a Mallorca a generar riqueza. Que sean buena gente no lo discuto, aunque, eso sí, algunos son bastante prepotentes. Te dan la espalda cuando ven que no hablas su mismo idioma.
En cuanto a lo de generar riqueza, ¡qué quieren que les diga! No discuto que la generen cuando compran y edifican. En lo demás, poca riqueza generan. Los staff de los negocios que montan son siempre alemanes, y hasta los muebles y la cerveza se las traen también de Alemenia, en tráileres alemanes.