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De sa Indioteria a la Sang por caminos de madrugada

Los fieles decidieron que presidiese la procesión el Cristo de la Inspiración

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Todo comenzó hace cinco años, aunque los dos primeros sólo fueron marcha, sin imagen. En esos años la gente de sa Indioteria ha venido protagonizando una manifestación multitudinaria y singular: la Marxa de l'Alliberament. En esta ocasión ha habido cambio de imagen, ya que por sufragio popular entre los feligreses de la parroquia efectuado a principios de Cuaresma salió el Cristo de la Inspiración, que nunca había estado en Palma.

El cortejo se inició a las cuatro de la madrugada en punto del Jueves Santo. Salieron más de mil "entre los que había cerca de trescientos costaleros, distribuidos en tres grupos de acuerdo a su altura", con lo cual se superó la cifra de ediciones anteriores, y en vez de finalizar en la Seo, se acabó en la Sang, a las nueve de la mañana. La primera parada, o estación, se efectuó en la rotonda del polígono. Allí se hizo una profunda reflexión sobre el motivo de la manifestación. ¿Que qué se reflexionó? Pues que el mundo, con la ayuda de todos, puede mejorar. En cuanto al mensaje, estaba claro: esperanza e ilusión para mejorar el mundo.

Como el Cristo en volandas supera los 5'5 metros, al llegar al puente que accede a Son Oliva, que mide tan sólo 5, obligó a los costaleros a casi ir de rodillas unos metros para que la imagen pudieran pasar por debajo sin tropezar con el techo. Traspasado el puente, nueva parada con reflexión. Se reanudó el camino, y al llegar a la estación del tren de Sóller se sirvió café, chocolate, ensaimadas y algún que otro bocata, sumándose al grupo el obispo Úbeda y el alcalde de Palma, Joan Fageda.

Sin prisas, siguieron caminando hacia la Sang, cuesta dels Oms hacia abajo, llegando a la plaza del Hospital minutos antes de las nueve, a son de saeta, que interpretó Paquita, vecina de sa Indioteria. Allí los manifestantes pudieron venerar al Crist de la Sang. De vuelta hacia la parroquia de sa Indioteria, y descendiendo la cuesta, se encontraron con que el paso de Nuestra Señora de la Salut salía del convento de monjas vecino. Al cruzarse ambas imágenes, el Cristo de la Inspiración se giró, mirando hacia la virgen.

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