La festividad del Domingo de Ramos se celebró en casi todas la parroquias de Palma y especialmente en la Catedral de Mallorca, ceremonia que revistió gran solemnidad. A las diez de la mañana, en el Palau Episcopal se reunieron muchos fieles, la gran mayoría jubilados de distintas comunidades españolas que pasan sus vacaciones en Mallorca y turistas. Jóvenes y niños brillaron por su ausencia.
Ante el obispo, Teodor Úbeda, que en esta ocasión estuvo acompañado por el obispo auxiliar de Paderbon (Alemania) y los miembros del Cabildo Catedralicio, Pep Campaner, Paulina Aguirre, Bartomeu Moll y Hans Dolle leyeron las moniciones en catalán, castellano, italiano, inglés, francés y alemán. A continuación, el obispo bendijo los ramos de olivo y las palmas, iniciando la procesión hasta la Seu, que se encontraba repleta de fieles que participaron en la misa concelebrada, que se vio alterada por la presencia de un perturbado que tuvo que ser sacado por la policía.
Emotiva y de carácter familiar fue la bendición de ramos de Sant Francesc. Alumnos, familiares, representantes de la cofradía Juventud Seráfica y el coro de Nins Cantors, acompañaron el solemne acto de bendición de ramos y palmas a cargo del padre porvincial de la TOR, Bernat Nebot, asistido por el director del colegio, Jaume Genovard, y el padre José Luis López. La procesión discurrió por el claustro con salida a la Plaça Sant Francesc para entrar en la basílica, donde se celebró la misa del Ram, interviniendo el coro de Nins Cantors, dirigido por fray Toni Riera.