Chinitos, monstruos, hare krisnas, sacos llenos de café o de té, azafatitas muy tiesas sobre sus tacones sujetando bandejas de caramelos, o con los vasos pegados en el fondo «para que no se caigan durante sa Rueta... Vampiresas, muertos con cuchillos atravesados en la cabeza, e incluso «vacas locas» muy nerviosas y quizá algo más locas de lo normal...
Era la preparación de sa Rueta, porque a las tres y media de la tarde de ayer, los niños del colegio Pío XII de Palma, se reunían en las aulas para terminar de colocarse los disfraces trabajados con tanta ilusión durante días. Mientras, padres y abuelos, tomaban posiciones en la calle «armados» con la cámara de fotos. Y a las cuatro empezaba «La Aventura de Viajar», porque es éste el lema bajo el que se organizaba la Rueta del colegio, y el tema que inspira el tratamiento didáctico del curso 2000-2001. Por eso había también muchos «turistas» con gorra, enormes gafas de sol, cámara de fotos, pantalón corto y la ineludible ensaimada por la que se reconoce, en los aeropuertos de medio mundo, al viajero que llega en algún vuelo procedente de Mallorca.