ARCA organizó ayer una visita cultural pública, tras los pasos de Ramón Llull. Un recorrido que puso de manifiesto la trascendencia y notabilidad de su obra a lo largo del tiempo.
Pere Estelrich, capellán de la iglesia de Sant Jeroni, guió el recorrido a partir de la iglesia de Santa Margalida, donde tuvo lugar su conversión. Un templo que destaca por sus arcos de diafragma que dividen un tejado en doble vertiente, en el más puro gótico. Sus orígenes se remontan al siglo XIII, como iglesia franciscana, para ejercer su recinto más tarde de monasterio y hospital militar.
En la parroquia de Sant Miquel pudo observarse el conjunto pictórico que muestra la leyenda del frustrado lance amoroso de Ramon Llull (la leyenda cuenta que persiguió a una mujer a caballo hasta el interior del templo y allí ella descubrió su seno afectado de cáncer).
La ruta sigue por la Plaça Major donde aparece una placa que recuerda la ubicación de su casa natal. La Catedral acoge los sepulcros de los lulistas Pere J. Llobet y Beatriz de Pinós. También el monarca mallorquín Jaume II mantuvo una relación con Ramon Llull, con quien contactó en Montpeller para conocer su obra literaria, en la que destaca su Llibre de l'Amic i de l'Amat.
En el Estudi General Lul·lià, en cuyo patio y entrada figura su escudo en forma de media luna, se recordó el alcance de su obra en los estudios universitarios, desde su fundación en 1561 hasta su desaparición en 1842. La parroquia de Sant Francesc acoge el magnífico sepulcro gótico del ilustre beato, cuya muerte ha permanecido en la oscuridad hasta hoy. La Sapiència, antiguo seminario, culminó la visita, en cuyo patio se encuentra una estatua erigida en Palma en su homenaje.