Los nacionalismos están muy criminalizados y demonizados. Hay nacionalismos triunfantes que tienen su 'status' y fronteras, que pasan por ser no nacionalistas y son los más fuertes», afirmó ayer en Palma el sacerdote y político catalán Lluís Maria Xirinacs (Barcelona, 1932), tres veces candidato al Premio Nobel de la Paz y que ayer pronunció el pregón de la XII Setmana del Llibre en Català. «Después están las naciones sin Estado»; añadió, «que, pobrecillas, se han ido defendiendo bocadito a bocadito para conseguir alguna cosa. Pero, si levantan un poco la cresta, se les acusa de localistas no demócratas, etcétera».
Según Xirinacs, uno de los históricos impulsores del Bloc d'Esquerra d'Alliberament Nacional, «Europa debería confluir en una Europa de las Naciones, porque en ella hay tres Estados, España, Francia e Inglaterra que entraron en este continente en plan imperialista, es decir, tenían colonias internas, llámese Escocia, Irlanda, Bretaña o Catalunya».
A la pregunta «¿es lícito defender los nacionalismos con las armas?», Xirinacs responde con un concluyente: «Si se entiende por lícito algo que depende de una ley de un país, evidentemente, no, porque ese país prohíbe levantarse en armas en contra del propio país. Hay que distinguir entre legítimo y legal. Legítimo quiere decir que tiene derecho. Yo soy un no violento y conozco varios países, el más importante la India, que consiguió la independencia sin armas. Yo defiendo este camino. Pero, tradicionalmente, la mayoría de países, entre ellos España, consiguió su independencia por las armas».
Con respecto a los nacionalismos catalán y vasco, Xirinacs opina que ambos «piden algo parecido, que es la independencia de España, una mayoría de edad, un ser igual en el concierto de la naciones», pero matizó que «en lo demás, hay cosas en que sí, otras en que no».