La aparición de varios casos de vacas locas en la Península (la de Menorca aún está por confirmar por el laboratorio de referencia de Zaragoza), y el consiguiente descenso de la demanda de la carne de ternera por parte de los consumidores está provocando efectos económicos importantes en las ganaderías de la Isla, según denunciaron ayer los representantes de las organizaciones agrícolas.
Así, según Joan Mas, de Unió de Pagesos, las ganaderías de la Isla que se dedican a producir leche están en «una situación dramática» ya que no pueden enviar a engordar los terneros que nacen en las explotaciones porque las granjas de engorde no pueden asimilar más reses debido a la falta de sacrificios. El productor de leche, por tanto, pierde dinero al no poder vender las crías (que suelen estar en granjas 15 días y luego son vendidas entre las 25.000 y 30.000 pesetas para su engorde) y por tener que alimentarlas de su propio bolsillo hasta que consiga venderlas.
«Si ya antes de la crisis de las vacas locas no era rentable tener una explotación ganadera en las Islas, ahora su situación es mucho peor», aseguró Mas. En este sentido, el coordinador de Unió de Pagesos recordó que en Mallorca los productores cobran entre 12 y 15 pesetas menos que en la Península por cada litro de leche y que el alimento para la cabaña, debido a los costes de transporte, es más caro. El origen de esta acumulación de animales en las explotaciones ganaderas hay que buscarlo en el acusado descenso que se ha registrado en las últimas semanas en lo que a sacrificios de terneros se refiere, estimado en sus día en torno al 90 por ciento.
Precisamente, el secretario general de Asaja-Balears, Gabriel Company, aseguró que en la actualidad, según datos de la Asociación de Ganaderos Bovinos de la organización, hay 1.321 terneros en Mallorca que tienen que ser sacrificados de forma urgente ya que si se espera más tiempo «su carne perderá calidad y se llenará de grasa». Company aseguró que hay 526 terneros más que también tienen que ser sacrificados «cuanto antes» aunque su entrada en el matadero no es tan urgente como la de las primeras.