En Jaume II y N'Esclaramunda de Foix son, por una parte, grandes desconocidos por el simple hecho de no haber participado en guerras, pero buenos reyes, excelentes reyes, para Mallorca, ya que bajo su mandato se lograron grandes metas, tanto en el terreno social como en el cultural. El Rei En Jaume II concentró a los habitantes en vilas o pobles, inició las obras de la Seo y el Castell de Bellver, acuñó en oro la primera moneda,... eso sí, como decimos, no estuvo en ninguna guerra, que incluso en aquellos tiempos vendía mucho más.
En estos Reis de Mallorca, con el fin del conseguir el mayor equilibrio entre la estética y el movimiento, están trabajando els Xeremiers de Sa Calatrava, que son quienes saben cómo llevar en volandas a los gegants, y el escultor Mateu Forteza, que es quien les pone el cuerpo y el rostro, y si nos apuran, alma. Además de lograr ese equilibrio, quienes los están construyendo no olvidan que también deben de saber conjugar la idea popular que tienen con su carácter constitucional, pues els reis tanto asistirán a una conmemoración de alguna efeméride, como, por ejemplo, la Diada, como a unas fiestas populares en cualquier pueblo o ciudad de Mallorca. Se pretende que el crío, al verlos desfilar, pregunte que quiénes son, y así, de este modo, saber que fueron reyes de Mallorca setecientos años atrás, y que a lo largo de su reinado dejaron un importante legado. Puede ser el principio del conocimiento "y reconocimiento" a tan ilustres antepasados a quienes la historia no les ha dado.
Tanto el rei como la reyna no tendrán rostro de muñeco, sino de persona, lo cual es otra novedad en este tipo de trabajos. En cuanto al cabello de ambos, será sintético y la ropa de buena calidad y que soporte la lluvia. ¡Ah!, él rei En Jaume no llevará bigote. Según los estudios realizados sobre su figura, se sabe que nunca lo llevó, pero sí que era rubio, y su tez blanca. Junto al boceto se ven muestras de ropa, cuyos dibujos y colores son muy parecidos a los de la época de los reis. El precio de ambas figuras no sobrepasará los dos millones de pesetas, sin contar vestuario y cabellos.