Palma ha sido descartada, como se ha sabido recientemente, para recibir dinero de la última y limitada convocatoria de la Iniciativa Comunitaria Urban. El proyecto presentado se refería a la rehabilitación integral de la Soledat y el Polígon de Llevant, una de las zonas con más problemáticas internas de la ciudad, un «sueño» presupuestado en 4.000 millones.
El proyecto Urban II preveía, entre otras actuaciones singulares, la construcción de un centro de día para mayores y un conjunto de viviendas para la tercera edad. Pues bien, tras la mala noticia, se ha decidido que el Patronat Municipal de l'Habitatge se encargue de este proyecto, y ya se han elaborado las bases para su adjudicación. La idea es construir una veintena de viviendas específicamente diseñadas para personas mayores, proyecto que se complementará con un centro de día para personas que requieren una atención permanente de sus familias. Con éste, se pretende retrasar el ingreso en residencias de individuos aún autosuficientes que, con ciertos apoyos, pueden mantener una vida autónoma.
Este centro, que aún no tiene garantizada su financiación, ocupará la vieja fábrica de Can Ribas, situada entre las calles Animes y Punta, que será rehabilitada y ampliada y cuya chimenea será conservada. Las viviendas, que se acogerán al plan de viviendas de 2001, ocuparán en las calles Punta y Fornaris un edificio de nueva planta y el espacio entre ambos se concebirá como un terreno libre para actividades alternativas, como gimnasia, baile, etc.
El resto de actuaciones que se pretendía realizar con el dinero del Urban deberá esperar su oportunidad. Según Jeroni Sáiz, gerente del Mirall Palma-Centre, desde Cort se confía en la convocatoria del programa europeo Equal, que proporcionará ayuda para planes de formación e inserción, incluida la adecuación de equipamientos. El Consistorio también podría sufragar ciertos trabajos, a través de partidas presupuestarias.