El desplome del hostal Tívoli y el descubrimiento de que estaba siendo comercializado como hotel de tres estrellas por el mayorista Condor&Neckerman sin contar con los permisos de la Conselleria de Turisme, ha provocado la reacción de todas las empresas de receptivo de Balears, ya que van a revisar todos los contratos formalizados entre touroperadores y hoteleros para comprobar si cuentan con todos los permisos del Govern balear, «en caso de que no sea así, se hablará con los touroperadores para impedir su comercialización y evitar luego los problemas que se puedan derivar», indicaban ayer en Fitur 2001 representantes de agencias de receptivo englobadas en la Asociación de Agencias de Viajes de Balears (Aviba).
El presidente de Aviba y vicepresidente de receptivo de la nueva asociación nacional de agencias de viajes CAAVE, Eduardo Zamorano, indicó que a nivel de patronal no se ha acordado nada, «pero está claro que existe un problema y este tiene que ser solventado por los touroperadores, ya que es obligación del que contrata exigir al hotelero que tenga todos los papeles administrativos en regla. Lo sucedido con el Tívoli es un aviso para todos».
La pretensión de las agencias de receptivo, principalmente las que trabajan con el mercado alemán, es que aquellos hoteles que no tengan todas las licencias en regla «no puedan ser comercializados por los touroperadores ni hacer el receptivo a los turistas que se alojan en este tipo de establecimiento sin una garantía. Esta próxima temporada de verano ya está en marcha en cuanto a comercialización, pero de cara a la negociación y contratación del verano 2002, se actuará con mucha dureza y exigencia con toda la planta hotelera balear. No podemos contratar hoteles inmersos en una legalidad dudosa, de ahí que serán los abogados de los touroperadores y de la Conselleria de Turisme los que tengan la última palabra sobre este tipo de hoteles».
Por su parte, el Príncipe Felipe resaltó ayer en la inauguración de Fitur el papel de las nuevas tecnologías para potenciar la calidad en la industria turística, «de la cual depende el futuro de esta industria. Industria con un gran futuro porque genera riqueza, empleo y bienestar social».