El fuego, la música mallorquina, ses gloses de picat y el monótono sonido de sa ximbomba volvieron a dominar la noche en el distrito barcelonés de Gràcia, que ha aceptado de muy buen grado esa festiva «invasión» poblera, y como buen anfitrión ha sabido ceder, aceptar y asumir la iniciativa de Torrens y unos amigos para que los jóvenes estudiantes poblers en Barcelona pudieran celebrar su particular revetlla, tanto es así que de en año en año son más los foguerons que se encienden y más la gente que participa.
En esta ocasión, y por primera vez, tuvo lugar una trobada dels poblers con la Federació de Festa Major de Gràcia, que por segundo año participa activamente en la fiesta mallorquina, como demostración inequívoca del arraigo que ha conseguido que hace que poco a poco se esté convirtiendo en una tradición que perdurará en el tiempo. Tanto es así que desde hace años la revetlla poblera ya figura en el programa oficial de festejos de Barcelona.
La fiesta propiamente dicha empezó con la sonada de xeremiers ante la sede del distrito de Gràcia, al tiempo que se concentraban las colles participantes y se celebraba la recepción oficial de la Comisión de sa Pobla. Antes del espectacular encendido de los foguerons mayores, tuvo lugar el cercavila que contó con la participación dels gegants de Gràcia, el drac de Gràcia, el drac Gaudiamus del Coll, els diables de la Colla Vella de Gràcia, de Diabòlica de Gràcia, la Malèfica del Coll, els dimonis de sa Pobla, els nans de sant Agustí, además de los xeremiers de Mallorca y Catalunya.
El encendido corrió de la mano del propio Torrens, con el regidor del distrito de Gràcia, Ferran Mascarell, el regidor de Cultura de sa Pobla, Joan Llabrés, y el cap de gabinet de la Conselleria balear de Turisme, Lluís Socías. Tras el encendido, la fiesta prosigió tal como se concibe en sa Pobla, con los cantos y sa torrada. La noche anterior, en el Centre Artesà Tradicionarius, actuaron los grupos Espirafocs de Llucmajor y Música Nostra.