La jornada de ayer resultó menos «dura» que la del día anterior para los automovilistas que circulaban por los aledaños de la confluencia entre las calles Vía Alemania, Comte de Sallent y General Riera.
Las retenciones registradas el martes -de entre diez y quince minutos-, resultantes de la puesta en marcha de la primera fase del programa de reordenamiento temporal del tráfico -motivado por el inicio de las obras de construcción del paso inferior entre Antoni Marques, Vía Alemania y General Riera-, así como por las restricciones de circulación que ya ocasionaban las obras de construcción del aparcamiento subterráneo de la Avinguda Comte de Sallent, acabaron con la paciencia de los conductores que se vieron, inopinadamente, atrapados en el caos: «Ayer (por el martes) fue terrible, estaba todo horrible», afirma Jaume quien acabó, al volante de su taxi, inmerso en el atasco. «Se vé que los cambios de las calles venían de nuevas para la gente y que no sabían por dónde tirar, pero hoy vamos todos con más cuidado, aunque ya veremos el viernes porque es el peor día de la semana para los coches...».
Recuerda también Paquita, trabajadora de un taller de motos situado en Comte de Sallent: «Desde aquí ví todo el lío. Ayer por la tarde, entre las cinco y media y las seis, estaba bien atascado; tanto que llamé a mi marido para que no viniera a buscarme... y eso que había más policías que hoy, aunque se ve que la gente no sabía nada de las calles cortadas».
Sin embargo ayer miércoles el tráfico rodado, aunque algo lento, fue bastante más fluído, con la excepción de la calle Blanquerna donde había que esperar hasta cuatro turnos de semáforo. La policía municipal, situada en los cruces más conflictivos, prevenía la aparición de retenciones. También contribuyó a mejorar la fluidez el hecho de que los automovilistas, ya avisados por la experiencia de la jornada anterior, cambiaran sus itinerarios habituales y tuvieran en cuenta las calles cortadas o en las que se ha cambiado la obligatoriedad de circular en un sentido o en otro.