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El Hospital de Nit será reconvertido en un nuevo centro cultural

El espacio de La Pietat dispondrá de una residencia para unas 130 personas marginadas

C.M. CANALS
El Consell de Mallorca ha iniciado las obras para la reforma del edificio de La Pietat, en el que se dispondrán de hasta 130 plazas para personas que padecen exclusión o marginación social y que hasta ahora eran acogidas en el Hospital de Nit de Palma.

Este último espacio será deshabitado para permitir su reconversión en centro cultural o destinado a labores equivalentes, según explicó a este periódico la consellera insular de Serveis Socials, Josefina Sintes i Janer. No obstante, el destino futuro del espacio que forma parte del complejo de la Misericòrdia puede modificar esta previsión para el centro, que está situado en la parte posterior a la Sang, como también reconoció la máxima responsable de los servicios sociales del Consell de Mallorca.

El nuevo espacio de La Pietat -denominado «El Casal»- sufrirá una transformación que lo habilitará como residencia temporal o permanente -según las necesidades de los usuarios- para individuos de ambos sexos y, por primera vez, para parejas. Las labores de rehabilitación y transformación del espacio están valoradas en unos 160 millones de pesetas, según Sintes; y el objetivo es evitar la conjunción de personas con necesidades divergentes en las mismas dependencias. Así, los alcohólicos crónicos y otros excluidos -abandonados, por ejemplo, pero también patológicos socialesserán derivados a este edificio, evitando que se mezclen con los toxicómanos o los inmigrantes, como se explica después en esta misma página.

El nuevo centro de La Pietat no sólo acogerá personas en situación de exclusión social a lo largo del día y de la noche; también servirá como observatorio de las personas que llegan al centro con el fin de practicar después un diagnóstico y, en el caso de que sea adecuado, establecer la derivación a centros especializados. Las obras iniciadas en La Pietat tratan de ofrecer viviendas «dignas» y habilitadas según las exigencias legales para los colectivos mallorquines de marginados: la adecuación del espacio contra incendios, la calefacción y otras necesidades básicas.

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