Poco después de medianoche, las cafeterías y chocolaterías de Palma comenzaron a calentar el chocolate y a preparar las ensaimadas y bandejas de bollería. Una tradición que de cada año está más arraigada en la Isla. «Los primeros clientes "cuenta el responsable del Café 1916" comenzaron a llegar a partir de las 00.30 horas».
Gente mayor, en pareja y grupos, quienes, tras la cena y las doce uvas, decidieron tomar una taza de chocolate con ensaimadas o cualquier otra pasta o bizcocho. Hasta poco después de las 3.00 de la madrugada del recién estrenado año 2001, no llegaron los grupos de gente joven que, tras salir de las discotecas, locales de moda o hacer una pausa en su agitada noche, tomaron fuerzas a base de chocolates, cafés y algunos zumos... bueno, también copas de licor. El emblemático bar Cristal de la Plaça d'Espanya, estuvo durante toda la noche a rebosar de gente, alrededor de 950 piezas entre pastas y ensaimadas se «engulleron» los clientes antes de dar el cerrojazo a las 9 horas de la mañana.
Otro de los principales puntos de reunión para tomar el tradicional chocolate con ensaimadas y llenar el hueco del estómago a altas hora de la noche, fue la Croissanterie Mallorca de Avenidas con una espectacular vitrina con todo tipo de pasteles, pastas y bollos. El bar Terminus, junto a la estación del tren, fue otro de los tradicionales lugares donde grupos de mayores y jóvenes hicieron un alto en la larga Nochevieja.
Los precios no variaron mucho respecto a un día normal, prácticamente 350 pesetas por una taza de chocolate y 250 por una ensaimada. En algunos locales hubo clientes que se quejaron de la ligera subida, pero no llegó a más, tras la oportuna reclamación por escrito para, a continuación, seguir con la marcha.