El temporal existente en la mar balear ha impedido que se vean rebosantes de pescados las «piedras» de las pescaderías de los mercados municipales. Ayer en el Mercat de l'Olivar se notó afluencia de público en la pescadería pero, la verdad, no había pescado. Las langostas y gambas mallorquinas, tan findeañeras ellas, brillaban por su ausencia. ¿El motivo? pues que al cotizarse en lonja a 12.000 pesetas, muchos ni se atrevieron a traerlas al mercado. José Picó las vendía frescas, aunque pocas, a 4.900 pesetas kilo.
Otro cantar llevaba el marisco, que se encontraba a la venta. En la pescadería Bauzá Jiménez, la almeja marinera se vendía a 1.295 pesetas kilo; las escupiñas a 2.495 pesetas; las navajas, a 2995; la centolla y el buey de mar a 1.495; el bogavante, a 4.695 pesetas y las ostras, a 75 pesetas unidad. La vendedora, Ramona Cañadas, indicó que «si no hay pescado en abundancia ello es debido al mal tiempo».
Los escaramerlans tampoco abundaban y los que había, eso sí, muy vivos, se cotizaban a 9.500 pesetas kilo. En cuanto a pescados de importación el llobarro, de Francia, marcaba el precio de 3.200 pesetas kilo; la paguera de Marruecos, a 3.200, y la lubina pequeña de Vigo, a 1.800 pesetas. Si el temporal no remite, las pescaderías hoy pueden presentar un aspecto similar, y poco puede cambiar por ello el precio.
Las «uvas de la suerte», por el contrario, se mostraban en abundancia. En el puesto de Miquel Gelabert las variedades dominga y aledo se vendían a 475 pesetas kilo. El titular del puesto destacó que «con relación al año anterior, la uva ha experimentado una subida de 100 pesetas por kilo. Ello es debido a no llover en el momento oportuno y que ha habido poca producción. No es como otros años que ha habido escasez y en el último momento ha subido. La variedad alicantina aledo es la que más se vende porque tiene el grano más pequeño y resulta más fácil de comer cundo dan las campanadas. El consumidor que desee uva rosada mallorquina, de grano mayor, encontrará la variedad Borne, que comercializa Fruita Bona, y se vende entre las 600 y las 650 pesetas kilo. El público también compra mangos, a 550 pesetas, y piña Delmonte de Costa Rica, a 575 pesetas kilo.