«Nosotros recogemos a las personas que no quiere nadie», decía ayer Antoni Garau, presidente de El Refugi, en la apertura oficial del rastrillo que se celebrará hasta el sábado en el Casal Balaguer. Con un ambiente animadísimo, seguramente fomentado por la huelga de funcionarios, el bazar ofrecía objetos muy recomendables a un precio estupendo: canteranos a cien mil; libros a cien y a trescientas pesetas o medias de mujer, de todas clases y medidas, al módico precio de doscientas pesetas.
Al rastrillo, que por las tardes cuenta con actuaciones de música en directo y con un servicio de cátering a tener en cuenta, quisieron mostrarle su apoyo el regidor de Acció Social de Cort, Antoni Nadal, que acudió acompañado por su asesora, Carme Sagrado y por Francesc Fiol; y la consellera de Benestar Social del CIM, Josefina Sintes. Ellos protagonizaron simpáticas anécdotas. Antoni Nadal quiso participar en la tómbola. Los regalos que tocaron fueron de lo más divertido: un chupete y un paquete de ceras Plastidecor. Carmen Sagrado tuvo más suerte ya que en el sobre sorpresa que sacó hubo una cena en un buen restaurante.
Josefina Sintes se enamoró de una caja de madera con incrustaciones de nácar... pero, con las prisas, se percató de que había olvidado la cartera. Antoni Garau, todo un caballero, se adelantó el dinero. Mientras, la planta superior era un hervidero de personas que buscaba entre montones de ropa de segunda mano de las mejores marcas y ropa nueva que vendían voluntarias dispuestas a colocar lo que fuera a los curiosos.