La Conselleria de Benestar Social del Govern Balear y la Cruz Roja firmaron ayer un convenio de colaboración para la atención a toxicómanos en la prisión de Palma.
El programa experimental, según se explicó ayer, consiste en el desplazamiento de los equipos de la Cruz Roja al centro penitenciario de la carretera de Sóller, a fin de llevar a cabo un tratamiento con los adictos. De esta forma se puede desarrollar un trabajo preventivo y de atención de nuevas peticiones de reclusos que desean abandonar el consumo de drogas.
El presidente de Cruz Roja en Balears, Gerard Bonet, subrayó que el objetivo es «continuar con el tratamiento que se inició en los centros de esta organización y que se vieron interrumpidos por las detenciones y el posterior ingreso en prisión de las personas que se veían beneficiadas por esta iniciativa».
La consellera de Benestar Social, Fernanda Caro, aseguró que era consciente «de la necesidad que tiene esta gente para salir del mundo de las drogas», lo que justifica la puesta en marcha de este programa, que contará con la colaboración de psicólogos y especialistas. Por su parte, el director del centro penitenciario, Juan Fernando Díaz, se congratuló de la iniciativa, que, según dijo, «se lleva a cabo en el 90 por ciento de las prisiones de España». Además, señaló que la medida permitirá abandonar el consumo de las drogas y facilitará la reinserción de los presos.