«Las familias de los enfermos mentales se ven a menudo obligadas a actuar como psiquiatras, psicólogos, terapeutas y enfermeros, a pesar de no tener ninguna preparación, ya que cuando un enfermo sufre una crisis grave y se niega a tomar la medicación e ingresar en un hospital no hay nadie a quien se pueda acudir», declara María Teresa Calderay, presidenta de la Asociación para el Desarrollo y la Integración de las Personas con Esquizofrenia (Adipe).
En el Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra bajo el lema «Salud mental y trabajo», Adipe recuerda que más del 80% de los enfermos están a cargo de sus familias y, sin embargo, no existe ningún recurso para la ayuda psicosocial de las familias ni tampoco para darles orientación.
Calderay explica que las principales demandas de las familias van dirigidas a que exista más atención hospitalaria "más camas y más tiempo dedicado por los psiquiatras en las consultas" y mayor calidad humana en la atención. Asimismo, solicitan mayor atención a las familias, «ya que éstas necesitan tanta ayuda como los enfermos», y el aumento de los recursos "centros de día, residencias para aquellos enfermos que no tienen apoyo familiar y actividades de formación.
En opinión de la presidenta de Adipe, las instituciones "Govern, Insalud, Consells Insulars y ayuntamientos" deberían implicarse más en la mejora de la salud mental en Balears, «con voluntad y dinero que se emplee de forma adecuada».
Calderay pide, también, a las instituciones que cuenten más con las familias, «porque podemos aportar mucho, llevamos años cuidando de los enfermos y hemos tenido que aprender mucho en pro de nuestros hijos».