El ministro del Interior de Alemania, Otto Schily, es otro de los grandes protagonistas del II Foro de Formentor que hoy concluye con la reunión informativa y la mesa redonda social-cultural. Schily, que intervino ayer en los debates sobre economía, calificó el flujo de inmigración ilegal de Marruecos a España como «un gran problema para toda la Unión Europea».
«No podemos tener una estructura común de ámbito comunitario si no arbitramos medidas para detener ese flujo», dijo Schily, rodeado en todo momento por agentes de seguridad alemanes. Añadió que en pasadas conferencias sobre este tema que celebraron los primeros ministros de la UE el tema de la emigración «fue muy importante». «El problema para todos nosotros es saber distinguir entre qué grupos de emigrantes necesitan de nuestra ayuda y colaboración y quiénes no. Por ello, en Alemania estamos trabajando junto a varios países, entre ellos Francia y Gran Bretaña, para delimitar un plan de acción concreto que pueda reducir el impacto de ese problema».
Schily se mostró partidario de arbitrar las ayudas necesarias para «convencer» a las personas dispuestas a emigrar de que no lo hagan. «Eso se logra con préstamos para mejorar la economía de esos países y con una acción decidida sobre la educación. Creo que con esas directrices básicas podemos reducir, por ejemplo, la tasa de emigración de Marruecos hacia España».
Precisamente, la imparable oleada de inmigrantes hacia Europa es la cuestión que más preocupa a los líderes de ambas riberas del Mediterráneo, según la opinión expresada ayer por Schily en el Foro de Formentor. No hubo ningún invitado a las jornadas que no se refiriera, como lo hizo el ministro alemán, al tema, aunque fuera de paso. Schily dijo que entre las desigualdades que afectan a los países de la zona, destacan la económica, los flujos migratorios, el terrorismo, la gestión de recursos acuíferos y la protección del medio ambiente. Además, pintó un panorama sombrío «si la Unión Europea no pone la atención debida al problema de la inmigración».