La Conselleria de Medi Ambient tendrá terminado, en el plazo de un mes, el borrador del plan específico para la gestión de residuos de construcción, demolición y voluminosos en el que se especifica que el tratamiento y control estará a cargo de los consells insulars, de la misma manera que el tratamiento de basuras, según confirmó Nicolau Barceló, director general de Residus i Energies Renovables.
Barceló, que participó en las jornadas de trabajo que sobre estos residuos se celebraron en s'Arenal, aseguró que para darle soporte a la iniciativa está previsto instalar puntos de tratamiento en Son Reus y en Santa Margalida y los llamados puntos de transferencias en Manacor, Santanyí o Campos, Calvià y Algaida o Sencelles, con objeto «de que ningún transportista tenga que desplazarse más de 25 kilómetros para descargar los residuos». La normativa, que tardará dos años en aplicarse, contempla, asimismo, un estudio de impacto medioambiental y la creación de un registro de transportistas para, señaló el director general, «asegurarse el control de los residuos voluminosos que, en el caso de Mallorca suponen más de 700.000 toneladas al año».
Otro de los objetivos de la jornada de ayer, que contó con la participación de más de 100 personas, es la puesta en común de las diferentes posturas para el tratamiento de residuos voluminosos.
«Nos hemos reunido, aparte de técnicos de la Administración, representantes de los hoteleros, vecinos, constructores y transportistas, para conocer los puntos de vista sobre el tratamiento de los sectores implicados», aseguró Barceló. En este sentido, el director general de Residus comentó que la Platja de Palma y, especialmente, los constructores y hoteleros generan más de 300 contenedores de basuras voluminosas al año y que este volumen «puede convertirse en un problema si no se trata a tiempo».