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La elección de Antich como nuevo líder cierra las divisiones historicas del PSIB

Los socialistas votan hoy al nuevo secretario general y a una ejecutiva presidida por Miquel Oliver

Antich, momentos antes de ser proclamado candidato, conversa con unos militantes. Foto: CURRO VIERA

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Miquel Oliver Massutí, histórico militante socialista, será el nuevo presidente del PSIB-PSOE en un congreso en el que los militantes del partido elegirán a Francesc Antich nuevo secretario general ya que fue la única candidatura presentada. Antich será respaldado de forma mayoritaria por los delegados, aunque Izquierda Socialista estudiará la posibilidad de votar en contra si no cuentan con un puesto en la ejecutiva.

En torno a los nombres que compondrán la comisión ejecutiva "entre ocho y once según los nuevos estatutos", Damià Cànoves es el casi seguro secretario de organización y Joana Barceló, de relaciones institucionales. Margarita Nájera es otra de las que cuentan con posibilidades y se da por hecho que Pablo Ribero puede tener un puesto en la dirección. Antich quiere rodearse de un equipo joven y nuevo, que en algunos casos ocupa cargos de responsabilidad en el Govern. También habrá representantes de Eivissa, aunque la duda está entre Xicu Tarrès y Vicenç Tur.

El virtual secretario general del PSIB insistió ayer en la idea de que este congreso será el de la refundación del partido «pero que ésta se entienda como una nueva forma de hacer las cosas». Antich incidió en que esto debe traducirse en una apertura del partido a la sociedad y en la recuperación de la cultura del debate.

Consideró que la «tranquilidad» con la que los socialistas han afrontado este congreso «es la demostración de que prima una nueva manera de hacer las cosas». Aseguró que en el partido caben diversas sensibilidades, aunque con una voz única hacia el exterior y recalcó que, por primer vez, todo el partido está cohesionado y los militantes reclaman un partido fuerte. «No se trata de mantener el sistema de cuotas, sino de agrupar distintas sensibilidades», señaló.

El secretario general saliente, Andreu Crespí, presentó un informe de gestión que fue aprobado con 155 votos a favor y 32 abstenciones, si bien es cierto que numerosos delegados no emitieron su voto. Crespí se llevó una tremenda ovación al conocerse el resultado de la votación, que puso en pie al pleno de los socialistas.

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