Pues colorín, colorado, este cuento se ha acabado. Me refiero al de dónde se celebrará la boda religiosa de Hubertus, príncipe von Hohenlohern, prevista para el próximo sábado, a las seis de la tarde. Será, definitivamente, en la capilla de Sant Marc, del Castell de Bellver. Ayer por la mañana, el novio, Hubertus, acompañado por Tummy Bestard y Joan Bauçà estuvieron en el castillo, viendo el escenario del que el novio sacó una gratísima impresión. Esperemos que también le guste a la novia, ya esposa, pues están casados civilmente desde hace unas semanas -es más, ella está encinta- y a la madre del novio, Birguita de Suecia. El convite que seguirá a la boda, que será oficiada por un sacerdote alemán, será en la finca del propietario de las bodegas de Santa Caterina, en Andratx. Hasta ayer por la tarde, ningún miembro de la familia real sueca -tíos (los reyes) y primas (sus hijas) del novio- habían anunciado su asistencia.
Con los hispanoamericanos
Antes de regresar a Argentina, Carlos Menem se reunió con Carlos
Laquintana, presidente del Centro Hispanoamericano de Baleares,
quien le transmitió la inquietud en la que vive la comunidad
sudamericana, los grandes problemas con los que se encuentran los
sudamericanos a la hora de tramitar sus papeles, el miedo que
existe a que sean expulsados y la increíble situación de desamparo
en que viven los argentinos al no existir siquiera una secretaría
consular en las Illes. Menem prometió mantenerse en contacto con
dicho centro e interceder ante el presidente De la Rúa para que,
junto con el gobierno de Aznar, trabajen en un proyecto que informe
de la problemática real que conlleva radicarse en España, y que de
esa manera se garantice el derecho a trabajar.