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Antich y Matas zanjan la 'guerra del agua' y el Govern acepta dos nuevas desaladoras

El president, satisfecho de su reunión con el ministro, precisa que las plantas se construirán «si son necesarias»

Jaume Matas recibió al president del Govern en la sede del Ministerio. Foto: ALFAQUI

NEKANE DOMBLÀS/JUAN MESTRE
El president del Govern, Francesc Antich, y el ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, dieron ayer carpetazo definitivo a la guerra del agua después de una reunión mantenida en la sede del Ministerio en la que ambos acordaron colaborar para tratar de resolver los problemas hídricos de las Islas. La colaboración se concretará en la firma de un protocolo que permitirá al Ministerio adelantar inversiones consideradas «urgentes».

El president del Govern explicó que el protocolo no es incompatible con el convenio, sino que es suplementario ya que permitirá adelantar obras incluidas en el convenio y que podría tener ya traducción presupuestaria el año que viene. Una comisión mixta de ambas administraciones decidirá de forma conjunta qué inversiones se incluyen en este protocolo. Reconoció que, si es necesario, el Govern aceptará la propuesta de Matas de construir dos nueva desaladoras, una en la zona de Palma y otra en la bahía de Alcúdia. Además el Govern quiere incluir la ampliación de la desaladora de Palma y la de Formentera, además de sa Costera, las obras del torrente de Manacor y la conexión entre la desaladora de Sant Antoni y Eivissa.

El president reconoció que, en estos momentos, la situación de las reservas de agua es alarmante, por lo que si es preciso construir nuevas desaladoras porque no queda otro remedio, se harán. En cualquier caso, reiteró que previamente será necesario estudiar con detenimiento las necesidades de cada zona. El protocolo decidirá finalmente cuál de estas inversiones se considera más urgente.

El president del Govern se mostró muy satisfecho de los resultados de una reunión que fue cordial, según reconoció. El ministro garantizó que no existen problemas para la firma del convenio y se ofreció a avanzar las inversiones a través del protocolo. Con respecto a este cambio de actitud, Antich aseguró que las polémicas no son buenas, y mucho menos si de ella no se extraen conclusiones positivas. «He dicho muchas veces que era muy difícil entenderse con una persona que hace a la vez de ministro y de oposición al Govern, pero ahora cada uno está en su sitio». El Govern es quien marca las pautas en materia de aguas y el ministro lo ha entendido», afirmó.

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