Encontrar un hostal de pocas habitaciones es algo complicado en los tiempos que corren. Mallorca se ha convertido en una gran base repleta de hoteles enormes, con cientos de habitaciones, grandes jardines y terrazas de distintos ambientes. Aquellos pequeños hostales que nacieron con el 'boom' del turismo han desaparecido casi por completo, han crecido o se han convertido en hoteles de ultralujo con pocas habitaciones para aquéllos que huyen de las masificaciones de gente.
Para encontrar un hostal como los que recuerda la gente que visitaba la Isla ya en los sesenta hace falta toda una investigación. Algunos todavía sobreviven, entre ellos el Hostal Morón, de Cala Rajada. La familia Moreno Sáez compró el hostal en 1979, cuando el edificio contaba sólo con ocho habitaciones. «Mis padres hicieron la segunda y tercera planta», explica Maritina Moreno, copropietaria del hostal.
Actualmente el Morón cuenta con 24 habitaciones. Abre sus puertas tanto en verano como en invierno. Muchos de sus clientes son ya antiguos amigos de la familia, que pasan sus vacaciones en el Morón desde hace años. «Hay algunos que vienen desde que mi hermana y yo éramos niñas. Prácticamente nos han visto crecer», comenta Maritina.
Además de las dos hermanas propietarias, Mari Àngeles y Maritina, y el marido de esta última, Martín, en el Morón trabajan un cocinero, un camarero de comedor y una camarera de habitaciones. Todos son como una gran familia y, aunque parezca mentira, aún hoy hay gente que prefiere el ambiente familiar a la masificación de los grandes hoteles.
Cuando llegan los clientes, son las mismas propietarias quienes les reciben y les informan del funcionamiento y los horarios del hostal. «No tenemos recepción, ya que hasta ahora no nos había hecho falta, así lo llevamos bien, el cliente lleva siempre las llaves consigo, tiene más autonomía, sólo tiene que estar aquí para el desayuno y la cena», explica Maritina.