El seguro decenal tiene como objetivo cubrir los defectos estructurales que puedan aparecer en los nuevos edificios destinados a viviendas durante un plazo de diez años a partir del momento de su recepción por parte del comprador. Ese nuevo concepto aumentará el precio final de la vivienda, como mínimo, en un 1'5%, según los promotores. A ese porcentaje hay que unir el hecho de que la hipoteca media (15 millones de pesetas a doce años de plazo) se ha encarecido en unas 15.000 pesetas al mes en el último año debido a que los tipos de interés han subido dos puntos desde entonces.
La mitad del nuevo seguro estará destinada a pagar los honorarios de los organismos de control técnico (OCT), entidades independientes que actuarán como árbitros entre las aseguradoras y los constructores y que se encargarán de certificar la calidad de los proyectos, los materiales y la ejecución de la construcción.
El nuevo seguro cubre, sin denominarla así, la posibilidad de «ruina» de la vivienda, al ofrecer al propietario «una garantía de diez años contra los daños materiales causados por vicios o defectos que afecten a los elementos estructurales», y tiene como objetivo «fomentar la calidad y proteger al usuario». El Colegio de Aparejadores de Mallorca ha visado durante el primer trimestre de este año un total de 3.792 viviendas nuevas en la Isla (3.340 el pasado año), registrándose un incremento de un 20 por ciento en lo que concierne a las viviendas adosadas. El «boom» inmobiliario, sin embargo, ha presentado visos de cierto agotamiento por el elevado precio de las viviendas, sobre todo, en Mallorca.
La póliza ha de ser pagada en una prima única y no puede ser anulada en los diez años de plazo. Desde la aprobación de la LOE el sector ha detectado que algunos promotores comenzaron a solicitar licencias de obra sin tener previsto comenzar la construcción antes de la entrada en vigor de la ley, para así evitar la suscripción del seguro. También se ha producido el caso contrario, en el que compañías promotoras decidieron asumir el pago del seguro, aún sin ser obligatorio, para garantizar a los compradores la calidad de su construcción.