«En India confiamos en una detención inmediata de los asesinos de los turistas españoles», dijo ayer el embajador de ese país asiático en España, Dilip Lahari, en relación con la trágica muerte de María Angeles Gironés y su hijo Cristóbal Molina cuando practicaban senderismo en el estado de Himachal Padresh. Lahari, que se entrevistó en el Consolat de la Mar con el president del Govern balear, Francesc Antich, destacó su esperanza en que el grupo de bandidos «será capturado y será castigado» y aseguró que la India «normalmente no es un país peligroso para viajar».
«La embajada de España en Nueva Delhi está trabajando y estamos dando toda la colaboración necesaria. Es una cosa muy triste y quiero transmitir nuestra condolencia para la familia», señaló el embajador, a quien acompañó en su audiencia con Antich el cónsul indio en Barcelona y Balears, Luis Valeriano González. Lahari recalcó que es importante que quienes viajen por zonas aisladas de la India como donde se produjo el asesinato de la madre e hijo españoles se informen y adopten todas las medidas de seguridad recomendadas, como la contratación de guías para rutas a pie.
«Aparentemente no es peligroso, pero en los últimos años ha desarrollado la reputación de ser una ruta de drogas y está lejos de centros de población», explicó sobre la zona del crimen. «Se que no es mucho consuelo para los familiares de los españoles asesinados, pero las autoridades de mi país están haciendo todo lo que está a su alcance para localizar a los responsables de los crímenes», precisó. Dijo, en ese contexto, que existen algunas zonas peligrosas para la práctica de actividades turísticas, «pero en general no somos un país donde abunden las dificultades para nuestros visitantes».