Los embalses de Mallorca se encuentran en estos momentos al 8'36 por ciento de su capacidad de almancenamiento, cuando hace un año estaban al 23'20 por ciento. Esta cifra, siendo preocupante, no es la más baja que han llegado a registrar el Cúber y el Gorg Blau, pues, sin ir más lejos, en noviembre del año pasado, los pantanos alcanzaban un paupérrimo 3'09 por ciento. La sequía sigue amenazando los recursos naturales de agua potable de la Isla, hasta tal punto que éste año se recordará como uno de los peores en cuanto a escasez de lluvias, y esto se refleja con mayor intensidad en los embalses del Puig Major, que se mantienen desde hace meses en límites peligroso, ahora mismo con tan sólo 0'961 hectómetros cúbicos de agua almacenada.
La comparación de los datos de la pluviometría en los embalses da cuenta del serio problema. En los ocho primeros meses del año en curso han caído sobre los pantanos 349'40 litros por metro cuadrado, una cantidad que sólo rebasa los 312 litros llovidos en el año 1997. Desde el comienzo de la década de los noventa las cantidades registradas en estos primeros ocho meses han sido muy superiores. Desde los 1.284 litros por metro cuadrado del año 1991 hasta los 466 litros caídos sobre los embalses en 1999, un año éste extraordinariamente seco y que dio origen a los problemas de abastecimiento que arrastramos.
En estos momentos, el suministro de agua alcanza los 142.018 metros cúbicos diarios, de los que 94.594 metros cúbicos parten de los recursos propios de Palma (de los embalses se extraen 8.809 metros cúbicos por día) y los 47.424 restantes de recursos adquiridos, como son las plantas desaladora, tanto la fija como las móviles. En lo que respecta a la anomalía interanual de precipitaciones en las Islas, los parámetros se han estabilizado en los últimos días y en Mallorca, por ejemplo, sigue estando en el 47 por ciento, según datos del centro territorial del Instituto Nacional de Meteorología. Este porcentaje, que toma como referencia las precipitaciones habituales y las compara con las caídas en los últimos 365 días, apunta al déficit de lluvias que, en el caso de Mallorca se traduce en que ha dejado de llover 144'9 litros por metro cuadrado.