Seguirá ahí hasta que regrese
Es, sin duda, una de las imágenes de este caluroso verano, de ésas que no salen ni en los telediarios ni en los programas de chismorreos, ni en las páginas habituales de sociedad y cotilleos, pero que está ahí. Es, ¿cómo se lo diría? Una historia de amor y desamor con final incierto. El es egipcio, de Alejandría, y se pasa desde el atardecer de cada día hasta la madrugada del día siguiente ahí, dentro del coche, solo, reclamando que su amada le perdone. Y no sólo se lo dice, sino que se lo escribe con grandes letras que asoman en una pancarta por encima del vehículo. Mario le pide perdón y que regrese a su lado. Y se sitúa frente a la ventana del centro de acogida en el que ella reside.
"¿Le dio alguna paliza y por eso se marchó?
"No "responde el hombre con un hilo de voz, embargado por la emoción". Puede que hace bastante tiempo le agrediera, pero últimamente nos llevábamos muy bien, hasta aquella noche.
La mujer es madre de tres hijos que tuvo con otro hombre "«del que se divorció para casarse conmigo, en Valencia», nos confía Mario". Según éste, su mujer padece depresiones «por lo que tiene que tomar antidepresivos constantemente». Tras una separación de tres meses, volvieron a juntarse, «todo iba bien hasta aquella noche que ella, tras haber tomado antidepresivos, se bebió casi entera una botella de whisky». Era la noche que había precedió a la tarde en que ocurrió el tremendo accidente que costó la vida a numerosos escolares catalanes. «Yo estaba pintando y ella comenzó a ponerse muy nerviosa. Me dijo que por mi culpa no podía ver a sus hijos. Me arañó en la cara "nos muestras las cicatrices que dejaron los arañazos" y me mordió en el cuello y hombros. Yo la dejé. Luego vino la policía y ella me acusó de agresión, pero como no tenía marca alguna, señaló que la había agredido sexualmente. Se marchó y me enteré de que se acogió en esa casa que hay enfrente de donde estamos. Desde el día 10 de julio estoy aquí y no me moveré hasta que vuelva conmigo».
"¿La ha visto desde entonces?
"No. Por eso tengo miedo de que se haya ido a vivir a Valencia. Yo le pido por favor que vuelva, que podemos comenzar de nuevo la vida juntos, que yo sin ella no puedo vivir. Dejaremos de beber, nos tranquilizaremos y seremos felices. ¡Que vuelva!