Irán vuelve a ser, desde hace unos años, un atractivo destino turístico. Así lo indica Àngela Pryce, directora de Happy Holidays, quien en marzo, coincidiendo con el año nuevo musulmán, estuvo en dicho país. «Fui sola. Y el hecho de ser mujer, rubia e ir maquillada no supuso ningún problema para mí. Me gustaría que la gente entendiera lo bien que tratan a los turistas y lo seguro que se siente uno. La verdad es que allí no tuve ningún momento de preocupación».
«Solamente había sonrisas, y quienes hablaban un poco de inglés te daban la bienvenida y te invitaban a tomar el té en su casa. Por otro lado, el arte en Irán, con sus templos, ciudades y mezquitas, es una maravilla», señala Pryce. Para llegar a la antigua Persia desde Mallorca, hay que tomar un avión que, tras pasar por París o Frankfurt, llega directamente a la capital, Teherán. Iberia, Bristish Airways o Iranair son algunas de las compañías con las que se puede hacer el viaje. «Cuando el visitante llegue al aeropuerto de Teherán ya habrá esperándole un guía que habla castellano, y luego, en cada ciudad, tendrá un guía local», indica Pryce, quien destaca también los cambios políticos habidos este año en Irán: «Tras el cambio de Gobierno, ahora hay mujeres en el mismo, y el país está abriéndose al exterior».
Pryce señala que en Irán no se puede beber alcohol ni hacer tonterías en público, «uno tiene que comportarse de forma correcta». En cuanto al código de vestir, las mujeres han de llevar el cabello cubierto con un pañuelo y evitar llevar ropa ceñida. Por último, Pryce destaca, entre todas las joyas que puede descubrir el amante del arte y la arquitectura, la ciudad de Persépolis: «Es impresionante».