Al igual que su trayectoria profesional fue prolífica, lo mismo podría decirse de las distinciones que recibió a lo largo de su vida. Josep Melià se hizo merecedor de muchos e importantes galardones, entre los que destacan la Gran Cruz del Mérito Civil y la Cruz de San Jordi de la Generalitat de Catalunya.
Ya en su tierra natal, Josep Melià fue galardonado con uno de los Premis 31 de Desembre, en la Nit de la Cultura de 1997, organizada por la Obra Cultural Balear. En aquella ocasión le fue concedido el Premi Gabriel Alomar a los 30 años de la publicación de «Els mallorquins, uno de los pilares sobre los que se asienta la reflexión en torno a la recuperación nacional de las Balears. Un año después, en abril de 1998, recibió la máxima distinción que concede la Comunitat Autónoma, la medalla de oro, con la que se reconoció su brillante bagaje en el campo de la política, el periodismo y la literatura y la abogacía.
Días más tarde Ultima Hora premió a Josep Melià, junto a otros dos colaboradores del periódico Pep Roig y Pere Bonnín, concediéndole el Siurell de Plata. En ese mismo año, aunque meses después, Melià fue investido doctor honoris causa por la Universitat de les Illes Balears en una ceremonia emotiva celebrada en la parroquia de Artà, su pueblo natal. En aquel acto, el rector de la UIB, Llorenç Huguet, lo definió como «un hombre de encuentro y abierto, que ha cultivado amigos de todas clases y todas las ideologías practicando el hábito más democrático y el respeto». Josep Melià obtuvo un reconocimiento especialmente caluroso en los dos días de homenaje que le tributó la Universitat de les Illes Balears en 1998, en los que amigos y seguidores de su labor aplaudieron su trayectoria política, literaria y como pensador y analista político.